Thursday, January 28, 2010

Berrinches

Desde que mis hijos empezaron, uno por uno, a descubrir su voluntad y expresarla, he visto manifestaciones increíbles de berrinches.  Una voluntad de acero que no quiere ceder y de repente mi bebé angelical se convierte en un total desconocido.  Cuando llega el "no" se enciende el furor y empiezan las pataletas.  Gritos, llanto, enojo y no importa nada más.  "Si tan sólo me esucharas, quizás entenderías que esto es por tu bien..."   Pero, ¿cómo hacer que una mente tan chiquita escuche?  ¿cómo ayudarle a entender?  Eso en los días buenos... en los no tan buenos, el berrinche de ellos se me hace familiar.  "¿Dónde he visto esto... voluntad de acero, determinación de tener lo que quiero sin importar nada... necedad...?  Y el berrinche del niño termina siendo un espejo del alma mía... mamá cansada, agotada y enojada también.  ¿Acaso no me empecino, como ellos, y hago mi berrinche también cuando las cosas no salen como yo quiero?  Al fin de cuentas, mi naturaleza es de pecado, igual que la de ellos.  Claro, yo no pataleo como ellos, no grito... ya, como buena adulta, refiné mi berrinche a una versión aceptable para un adulto.

Ahora bien, ¿cuándo he dejado de amar a mis angelicales retoños por  causa de un berrinche?  Naturalmente, en ocasiones me falta la paciencia porque, al fin de cuentas, soy un ser emocional y le amarro las emociones a todo en la vida...  reacciono emocionalmente al berrinche de mi hija o mi bebé.  Soy imperfecta.  Pero dentro de mi fallida humanidad y mi imperfección... ¡Cuándo he dejado de amar a esa personita por un berrinche!  ¡Cuándo he des-heredado a  mi hijita de 3 años por montar un despliegue de voluntad!  ¡Nunca!  ¡Al contrario!  Cuando se han calmado los ánimos y ese pedacito de gente que no sabía ni qué hacer con tanta emoción se logra calmar extiende los bracitos hacia mí... sin pensarlos dos veces corro a recibirla y apretujarla y a asegurarle cuánto la amo con todo mi corazón.
"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?"  Mateo 7:11

Y ese es, precisamente, el punto de esta entrega.  Cuando mi berrinche llega al cielo... cuando mi pleito es con Dios porque no entiendo sus designios... ¡Cuánta paz me da saber que mi Padre que está en los cielos me mira con ojos de amor, quizás susurrando para sí... "Si tan sólo me esucharas, quizás entenderías que esto es por tu bien..." !  Qué gozo y qué bendición saber que su amor es perfecto, más constante que el mío y que cuando yo logre entrar en razón y levante la cara chorreada de lágrimas para ver su rostro, su sonrisa tierna está lista para asegurarme que me ama.  Esa, queridos lectores, es la misericordia de un Padre eterno que está presto a no darnos lo que merecemos y nos extiende su gracia a través del favor que no merecemos.


1 comment:

  1. Me recuerda a mi querido Jonas, y a mi amado Padre, luego que ya habia pasado por Ninive, diciendole,
    "Si tan sólo me esucharas, quizás entenderías que esto es por tu bien..." !

    Bendita su Gracia y sus misericordias que son nuevas cada maniana.

    Gracias por comparti.

    ReplyDelete